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Les temps son durs pour des réveurs

lunes, 20 de mayo de 2013

Por mi cabeza.

¿Sabes lo que es el Vacío? Esa sensación dura, fría, extraña... pero que a la que te acabas acostumbrando, por suerte y mala manera. 


Y de la Soledad... ¿Qué me dices de ella? ¿La conoces? Yo sí, es aquella que llamó a mi puerta y sin darme cuenta, aquella que más tarde se coló por mi ventana. Enseguida, sin comerlo ni beberlo, nos hicimos grandes amigas con plenitud como confianza.

Una vez paseando por el parque, me encontré con la Esperanza, y tras hablar de ti... discutimos. Lo arreglamos... llanto tras llanto, pero, derepente, ella desapareció y no he vuelto a saber nada de ella... se perdió en la nada y la Nolstalgia me convenció, para saber que, la Esperanza no volvería nunca más, pero que ella se quedaría conmigo. Hacía frío... y me refugié con ella con todo mi ímpetu.

Estando de nuevo y como de costumbre, en un rincón oscuro... sentada, desamparada con la Nolstagia, me hizo una visita la Melancolía, para preguntar que si se podía quedar. No tenía refugio en cualquier otra persona y quería quedarse conmigo.

El Añoro vino a echar a la Melancolía. La Melancolía cogió su arma, a continuación le dió gatilazo al Añoro... quedando su esencia y presencia en el suelo. Poco a poco, su cadáver desapareció, se desvaneció, se fue con el Olvido.

La Melancolía,con alma asesina, llena de Rabia, me miraba. Su mirada era tan intensa y profunda, que un fuerte escalofrío recorrió todo mi cuerpo. Ella, soltando su arma, se quedó mirándome, haciéndome sentir culpable de ello.

Pasó el tiempo... y  el Llanto, no nos dejaba en paz, hasta que se incrustó en lo más profundo de mi enfermiza alma. 

De vuelta a casa, encontré a la Alegría. Tenía una herida profunda, se desangraba. La Rabia se posó en mi hombro cual ángel y demonio y me dijo que la dejara, que se lo merecía por ser falsa, por ser una falsa ilusión a la par que inexistente. 

Así hice... Desangrada en mitad de la calle, como tal escena de un crímen casi perfecto mientras recibía patadas de la Rabia. Su último suspiro hizo que me viniera un instante de segundo a mi mente cuando yo residía con la Alegría, cuando no había preocupación, cuando no conocía a los demás sentimientos. Mirando atrás avanzaba, sin querer saber nada más de esa historia tan subrealista.

Pasaron los días eternos tras el Dolor. Éste era el hermano mayor de la Nolstagia. No eramos amigos pero... el me traía a casa al Sufrmiento, su mejor amigo;  y el Recuerdo, se aliado y fiel amante.

El sufrimiento no otorgaba ni una de mis palabras, haciéndome sentir peor, en tan solo un instante, llamó a la Depresión. Ellos lo pasaban bien viéndome cómo lloraba, cómo gritaba... como grito de revolución un simple y seco "basta". Cómo anclaba mis rodillas en el duro y frío suelo dejando derramar cada una de las mil y unas lágrimas que caían de mis odiosos ojos. Lágrimas que eran derramadas... por método de la Injusticia.

No aguantaba mucho más, no sabía que hacer... era demasiado peso, demasiada culpabilidad, demasiados sentimientos para una sola persona, una persona como yo.

La Felicidad me buscaba, quería que me fuera con ella o bien, que la dejara entrar en mi vida. Me prometía que ella me guiaría por una plenitud satisfactoria, por un nuevo caminio lleno de luz y calor... en el que no me hacía falta la compañía de cualquier otro sentimiento o razón. Yo, tan ilusa de mi sueño, afirmé que no eran tiempos para soñadores y rechacé su grata propuesta... para mi era una farsa, una falsa ilusión. Una propuesta sin pies ni cabeza, que acabaría siendo resultado del Desastre.

Llanto al llanto, lágrima a lágrima... el Dolor era mi pensamiento, la Depresión mi mente,  el Llanto de Rabia mis ojos, la Rebeldía mi boca, el Sufrimiento mi espalda, la Indignación mi garganta, las piernas la Melancolía, la Nolstalgia mis manos, mis brazos la Soledad, mis pies el Recuerdo y por último.. lo más difícil y más sensible de todos ellos eso que llaman corazón... el Olvido.

Un día, cómo otro gris y doloroso día, un falso rallo de sol apareció mi ventana así iluminándo mi rostro aún, derramando la última lágrima hizo que levantara la cabeza pensando que la Esperanza volvió a darme la segunda oportunidad. De nuevo, otra falsa ilusión. Era el suicidio... Nos declaró la guerra.
Gritamos rebeldía y comenzamos a correr como un fuerte huracán contra él, pero aplicó su técnica y me arrojó por el precipicio quedando los demás sentimientos arriba, con el Suicidio. Todo se trataba de una clara traición.

Antes de tocar fin, mil recuerdos pasaban por mi cabeza, la Desgracia estaba ahí, a mi vera mientras caía y a punto de tropezarme con la inexistencia.

Poniendo fin a esta Tragicomedia, caí. Se acabó la dura guerra, se acabó la lucha, se acabó todo... por ti.



2 comentarios:

  1. joder patri no sabia que tenias un blog, pero que bueno joder, QUE BUENO¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡

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  2. Lo tengo hace a además .. bastante tiempo, pero lo he vuelto a retomar, ya te dije. No lo considero que sea muy bueno, pero aún así, muchas gracias Miguel.

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